Ir al contenido principal

Una citadina en la playa

"Tanto que aprender, hacer, tocar, oír y ver, todo a la vez" Y lo escribí cantando jejeje, por si no lo saben es una canción de la película de Barbie "Princesa de la Isla" así que pueden buscarla y verla. Y es que así me siento, es como si todo fuese nuevo, cosas que no hice en Tegucigalpa las puedo hacer acá donde estoy, vivir en la ciudad es una cosa y en una ciudad turística es otra, acá me perdonan todo. Soy una citadina que aún a más de tres meses sigue haciendo el ridículo muchas veces pero como soy turista me pasan todo y no hay problema, a parte de que el calor es demasiado acá no importa ni siquiera cómo te vistas. Poco me falta casi andar desnuda en la calle, no soporto andar con jeans, se pegan todos a la piel y es súper incómodo. Estoy en el proceso de adaptarme al calor, sudo de manera espantosa, los litros de agua que me bebo así mismo se me salen por los poros, miro a la gente de acá y ellos como ya están acostumbrados no les incomoda nada pero yo, que vengo de una ciudad fresca, con clima helado es sofocante y lo único que me reanima es sentir la brisa. Saber que sólo debo caminar un par de calles y ya estoy en la playa, saber que a la hora que quiera puedo ir al mar y disfrutar todo, sí, ese es mi consuelo y lo fue aún más cuando estuve incomunicada. Llegar a un lugar nuevo en donde no tenía ni sistema de cable ni internet obvio fue un suplicio, aunque desconectarse de todo es algo necesario de vez en cuando pero tres meses fue demasiado, he batido récord, igual me sirvió para tratar de adaptarme, al menos hay una radio emisora con música retro y di gracias a Dios por eso, ya que -junto al DVD- en parte me alivió.
Como dije soy una citadina que aún hace el ridículo, no he terminado de salir de mi apartamento cuando ya estoy sudando, no, es peor, ni siquiera he terminado de salir del baño cuando ya estoy sudando ¡y no exagero! Ya no sé que ropa ponerme para salir, mis blusas tops y mis shorts no son suficientes, una sombrilla tampoco es suficiente, el sol es tan intenso que sientes que se te cuece la cabeza. A veces siento que no puedo respirar, ni dormir bien he podido (aún con ventilador) pero sólo es cuestión de adaptarme (creo) extraño un poco el clima helado de Tegucigalpa y lo extrañaré más en navidad, no es por nada pero esa época si es bonita en la capital, extrañaré ver los centros comerciales y tiendas decoradas, voy a extrañar sus luces nocturnas así como extraño -en el clima helado- disfrutar de una dona y café pero bueno, ahora estoy en otro lugar en donde al parecer es "verano eterno" porque aunque llueva el calor no se quita, al contrario, parece que estás en un sauna y hasta mi cabello está en rebeldía, sí, todo pasa factura. Me apena llegar a un lugar y que me vean sudorosa, ¿no existe un solo desodorante que detenga la transpiración? Pues no, no existe y doy fe porque ninguno me funciona, ¡los he probado todos! Me apena ir a un banco o al supermercado y llegar con la cara mojada, los guardias me ven y sólo sonríen, obvio, se dan cuenta que no soy de aquí y lo mismo me pasa en todos lados a donde vaya, el chico de la panadería mejor ni me ofrece café sólo sonríe también cuando llego por el pan. La otra vez en un establecimiento de comida rápida con solo verme el chico que servía, me llenó un vaso con puro hielo, es obvio que el refresco helado no me iba a servir de nada y con algo extra -de mucho hielo- iba a estar mejor (aunque no porque se me arruinó la bebida) Es tanto el calor que si te compras un helado te lo tienes que -literalmente- tragar porque si no chorrea en segundos, la otra vez me compro un Bon-Ice (un chupete de hielo con sabor a frutas) ¿y qué creen? más tardó el paletero en dármelo que el susodicho en derretirse, si lo dejas mucho tiempo en minutos se te vuelve agua de frutas porque el calor hizo lo suyo (y de paso me manchó la ropa) Soy una citadina que ama caminar descalza por la grama, me voy por el sector de la playa y lo primero que hago es quitarme los zapatos, o tenis o sandalias (según lo que ande) y a sentir la delicia de la libertad aunque ya me hicieron mella las hormigas la otra vez. Recién llegada me pongo un pañuelo en la cabeza y me voy luego de comer a la orilla de la playa sólo a observar el mar y a sentir la arena y el agua, le pregunto al bello (así le digo yo) "¿que secretos guardas? Dímelo" sólo pasaron unos cuantos minutos (o metros) que caminé y cuando me reúno con mi mamá y una tía que me ven rara e inconscientemente me toco la cabeza, ¡adiós pañuelo! No supe ni a qué horas, ni cómo, el desgraciado me debió de haber hipnotizado porque aparecí sin el pañuelo y no sentí para nada que se me cayera de la cabeza, me dolió perderlo. La prenda tenía más de 20 años y creemos que él se lo tragó porque regresé por el mismo camino que transité y ni rastros de él, le pregunté a las personas que encontré y nada, ni en el restaurante por donde pasamos supieron nada, el pañuelo simplemente desapareció de mi cabeza, ni modo.
¿Y qué decir de los chicos? Caray, jamás pensé encontrarme con hombres realmente coquetos, 7 de 10 son así al menos,(le digo a quien anda en taxi, en bus, en moto y hasta en bicicleta y también en sus carros propios, que vayan con la cabeza al frente, si chocan o se caen yo no soy responsable, no es mi culpa, así que aclarado esto continúo) La otra vez estoy en la playa (y no en traje de baño) sólo con blusa escotada y un short y sentada en la orilla estoy exfoliando mis piernas y tomando algo del sol del ocaso, cuando acuerdo que me da por ver a mi alrededor tengo a dos policías a unos metros de mi izquierda observándome y por el otro lado, a unos metros de mi derecha tenía a cuatro civiles más ¡pero con celulares tomándome fotos! con disimulo me tapé la cara, no esperaba eso. Recuerdo que una vez en Tegucigalpa me tomaron una foto con mi Isabella en un mall y atrás de mí aparece un policía mirándome y cuando comparto la foto un amigo de la época me dice: "Tanta gente en el mall y sólo a vos te cuida la poli" pues esa vez en la playa recordé eso y ahora le contesto a ese amigo que por ahí anda "tanta gente en la playa y sólo a mí me cuida la poli" pues si, jijiji. Me han hecho sentir halagada algunas personas y más cuando de verdad me creen turista ¡pero del mediterráneo! jajajaja, algunos pensaban que era tipo española o italiana por la forma de mi cara y el marco de mis ojos y cejas y más cuando me pongo el pañuelo en la cabeza (porque tengo más) y qué decir de los chicos del gimnasio, no estoy yendo a ninguno pero paso por uno y son tan coquetos los bárbaros pero tan coquetos que sólo les falta que me hablen para que se terminen de lanzar. Les diré que hay uno en especial que si llama la atención (y la mía no lo voy a negar) porque el bárbaro está como quiere en toditos los aspectos pero no entraré en resumen, esto me lo quedo yo jijiji, ahora ya no comparto nada, al menos no a este cuero con quien sólo hemos cruzado miradas, qué fácil es encontrar la inspiración ¿verdad? Sol, mar, playa y uno que otro guapo que te arranque una sonrisa (y aclaro que sólo eso no sean mal pensadas jejeje) Como sea dentro de lo que cabe no todo ha sido tristeza y siempre hay quien te alegre el día y ver cositas así a las siete de la mañana es una excelente manera de comenzar el día, pues si bien dice el dicho "al que madruga Dios le ayuda" y que al menos mis levantadas a las cinco y treinta valgan la pena jejeje, así que esta soy yo, una citadina en la playa, una citadina cuya tía con quien sale a pasear cuando hay la oportunidad me observa y observa a quienes me miran y me dice ella "es que no coqueteas, mira como estos hombres te miran y vos no coqueteas" (si a ella le gusta dar cuerda y no va a descansar hasta emparejarme, suerte tía) Soy una citadina en una ciudad turística cuya gente desconocida me ha hecho sentir bien, una citadina que ha hecho nuevos amigos y que sólo Dios sabrá que destino le tiene preparado acá, por los momentos estoy asentada aquí y con tantas cosas en mi cabeza y sueños que deseo realizar. Vivo en un apartamento pequeño casi tipo estudio, estoy en un rinconcito desde mi compu, hoy el día está nublado y ha llovido pero estoy agradecida con lo que tengo porque en estas cositas pequeñas y en lo cotidiano encuentro algo de tranquilidad y felicidad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De vuelta a la acción

¿Recuerdan la escena del genio de Aladino cuando despierta? "Diez mil años dormido pueden ocasionar fuerte tortícolis" expresa en su diálogo ¿y recuerdan cuando el simpático Mushu despierta también por orden de uno de los ancestros? "¡Estoy vivo!" exclama estirándose la pereza, pues bien, debo reconocer que me siento como ellos, sólo he estado ausente tres meses, tres eternos meses en los que dejé mi ciudad y en la que la pasé sin cable y sin internet, ¿se dan cuenta? ¿saben lo que se siente? Me desconecté de todo, absolutamente todo, la única compañía fue mi música y mis películas en DVD pero por lo demás no supe nada de nada, en serio. Siento como si hubiese invernado largo tiempo y ahora que regreso todo me parece nuevo, es como si yo no hubiese nacido en esta época y gracias a una máquina del tiempo ahora me despierto en otra, así me siento. Han sido tres meses en los que me siento diferente, siento que no soy yo, es como si al haber salido de Tegucigalpa lo que

Vacíos que no podrán ser llenados

Soy de una generación que valió la pena vivir, tengo fotos "vintage" de mi persona que me gusta remembrar cuando me detengo a hacerlo. Recuerdo en mi memoria de niña ver a mis tíos luciendo orgullosos sus modas setenteras y ochenteras, algunos de mis tíos con los famosos afros o por el contrario con el pelo liso y largo, con sus pantalones acampanados y mis tías caminando con unas plataformas que recuerdo que con solo verlas me dolían los pies. Soy de esa generación que creció escuchando tanto música en inglés como en español, daba igual Madonna o Gloria Estefan, Pimpinela o Julio Iglesias, Rocío Dúrcal o José Luis Perales o donde Travolta era el símbolo sexual de mis tías, Michael Jackson, Freddie Mercury o los Bee Gees los ídolos de mis tíos como también la cultura mexicana (comida, películas y rancheras) y demás música latina, la obsesión de mis padres. Crecer así te satura y muchas veces harta porque se te quieren inculcar cosas que tal vez no te gustan pero como eres un

Soy generación retro

Quiero decirles que… Soy generación retro. Anoche me preguntaba una nena sobre lo que eran los VHS y cómo se utilizaban y para qué servían, eso me sirvió para rememorar lo que fue mi infancia y el caparazón en el que a veces debía encerrarme para escapar de una realidad que preferiría no recordar. Soy de esa generación orgullosamente ochentera y noventera que disfrutó programas de televisión que todavía valía la pena mirar. Crecí con los Picapiedra y los Supersónicos, con la Liga de la Justicia, con el Capitán América, con He-Man y She-Ra, los Thundercats, Birdman y el trío Galaxia, don Gato y su pandilla, Tom y Jerry, la Pantera Rosa, Scooby Doo, Pato Aventuras, el inspector Gadget, la Fuerza G, los X-Men, el Hombre Araña y todas esas caricaturas entrañables que por desgracia ya no se ven y hasta los Power Ranger (los primeros) se fueron en la colada porque me gustaban (me gustaba el chico de rojo). Era amante de un canal mexicano que se llamaba XHGC porque en los ochentas t

¿Culpable soy yo?

"¿Qué hacer cuando no hay opción? ¿Qué hacer cuando llegas a un callejón sin salida?" Escribí esas interrogantes esos días luego de mi mudanza como les conté en el post anterior . Y es que dejar Tegucigalpa no fue nada fácil como tampoco lo es una mudanza, no se trata de que cogí mis maletas y me largué a la chingada porque se me dio mi real gana como creen algunos familiares, jamás se me cruzó por la cabeza irme de la ciudad capital tan de repente porque -aún- tengo muchos pendientes, demasiados y eso me tenía atada ¿pero y si mis recursos se agotaron allá? ¿La culpa es mía cuando Dios es testigo que dejé mis fuerzas hasta el último momento? Les comparto otro fragmento de lo que escribí: "Tomar decisiones no es cosa fácil y las mudanzas menos, he vivido errante, sin ser ni de aquí ni de allá como decía la querida India María y aún a pesar de eso no me acostumbro, espero en Dios llegue el día en que nunca más me mude y pueda asentarme ya definitivamente en un lugar en d